Inicio mis escritos haciendo referencia a mi inicio, al año en el que nací, según mi documento nacional de identidad 1977. Documento-de-identidad y nunca mejor expresado, basta con hacer un repaso a nuestras fotos de carné para contemplar los cambios que nuestra identidad ha vivido y hasta padecido... Es un gran ejemplo para mostrar que todo el mundo, alguna vez, teníamos cara de sembrar vientos.
No sé si les ha pasado a ustedes, pero una de las primeras curiosidades que busque por el oráculo "internete", ventana a la información y desinformación, fue que sucedió el año en que abrí mis ojos en este mundo. Sí, debo confesar que también alguna vez he puesto mi nombre en google, pero otras rarezas las seguiré negando...
Lo que voy a detallar sobre el año 1977 son pequeñas pinceladas de cosillas que sucedían en ese tiempo, pero sin referencias cansinas al contexto social. Más que nada porque en parte quienes hicimos la EGB lo estudiamos en Ciencias Sociales. Sí estudiantes de la ESO, teníamos Ciencias Sociales, Ciencias Naturales ¡y Plástica! quién no hizo una cajita con palos que durante todo el día perdíamos nuestras huellas dáctiles por el pegamento. Ay que tiempos aquellos que no nos hablaban de Conocimiento del medio, me pregunto ¿en medio de qué?...
No, no hablaré de cuestiones sociales sino de mi contexto más directo, de aquellas cosillas que de algún modo me influenciaron y tal vez reflejen cómo soy, porque cito unas cosas y otras no. Así que saquen sus propias conclusiones.
En el plano musical en 1977 los Sex Pistols editaban “Never mind the bollocks”, Blondie “Plastic letters” y Bob Marley&The Wailers “Exodus”. En España la canción del momento era “Fiesta” de Raphaela Carrá. Y en el cine se estrenaron peliculas como “Star wars”, “Encuentros en la tercera fase”, “Fiebre del sábado noche”, “Raíces”, “El patrullero 777” interpretado por Cantinflas, “El hobbit” (sí ya en este año se inició la puesta en escena de la bibliografía Tolkien) y “Rocky” ganó un Globo de Oro. Y en España se estrenaron “Ese oscuro objeto de deseo” de Luis Buñuel y “La escopeta nacional” de Luis García Berlanga. Este sería mi contexto musical y cinematográfico, con el cual me identifico en muchos aspectos. Y lo dejo ahí...
Entre los acontecimientos que sucedieron ese año, reduzco mi visión con intención premeditada, a los nacimientos y fallecimientos. Entre los nacimientos cito por ejemplo como cómicos a Ángel Martín, Héctor de Miguel Quequé; cantantes como Shakira, Chris Martin o James Blunt; actores y actrices como Orlando Bloom, Sarah Michelle Gellar, Liv Tyler o Paula Echevarría. Y entre los fallecimientos, con todos mis respetos al resto de personajes idolatrados perdidos ese año, centro mi fragmento en el cuarteto famoso de dos músicos Antonio Machín y Elvis Presley y dos incuestionables referencias del humor Groucho Marx y Charles Chaplin.
Es aquí donde me detengo. Todo hasta ahora no ha sido más que una introducción para hablarles de un maestro, de alguien a quién descubrí a muy temprana edad. En mi infancia entre la placentera ignorancia y la todavía no aparición del oráculo en mi microcosmos, respecto a los músicos debo decir que Antonio Machín poco me influencio por no decir nada. Por otro lado de Elvis, me gustaba su voz y su música, pero en ese tiempo prefería mis hits del momento: las canciones de “Los payasos de la tele”, que además de entenderlas incorporaban coreografía. Mucho mejor para una niña que imitar los bailes de pelvis que hacia Elvis ¿no creen?
En cuanto a los genios del humor, con las películas de Chaplin me ocurrió lo mismo que con Elvis, no llego a calarme su grandeza lo suficiente en esa época. Cierto me reía muchísimo con sus películas pero después me olvidaba de ellas y no me surgía ningún hormigueo por volver a verlas. Con Groucho, todo fue muy distinto. Como quien dice que los libros nos escogen, yo misma inicie mi curiosidad por conocerle sin oráculo que me alertara. Y aunque en esos años no podía encajar todas las dimensiones de su humor, sus películas se convirtieron en mi primera serie favorita.
El genio apareció en mi vida a través de otra ventana de la televisión. Fue por medio de la serie “Los problemas crecen” donde Kirk Cameron el ahora predicador televisivo (otra de las tontunas que he mirado por el oráculo es navegar para saber qué fue de aquellos personajes televisivos) interpretaba al rebelde Mike. En la habitación de la actriz que encarnaba a su hermana Carol (Tracey Gold) había un póster con Groucho, Harpo y Chico. Desde mi pregunta ¿quiénes son esos? me regalaron mi primera película de los Hermanos Marx “Sopa de ganso” de 1933. Ya ven mi camino del descubrimiento del genio, por un póster en la pared de una habitación de un personaje de una serie de televisión de los años 80. A partir de entonces me convertí en una fan incondicional de este genio y fue todo un shock descubrir que murió en 1977.
Groucho Marx fue sin duda mi mayor influencia. Escritor y actor que fascinaba por su elocuencia y sentido del humor surrealista. Sus estridencias desternillantes ondulaban con maestría por el cromatismo del humor, desde el blanco al negro pasando por el verde y amarillo. Son muchas las frases que nos deja como herencia, extensamente mentadas, que en muchos casos deberíamos decir como él mismo apuntaba “citadme diciendo que me han citado mal”. Algunas incluso falsas como su epifanía nada real apostillada en su dormitorio eterno en Eden Memorial Park, pues no es verdad que señale "perdonen que no me levanté".
Este genio dijo alguna vez que la televisión había hecho mucho por su cultura, porque la apagaba para leer. Pero supongo que fue fruto de su ironía, pues por medio de dicha tuve entonces el honroso placer de conocerle y otras tantas generaciones podrán descubrirle también a través de una pantalla. Así que genio ¿algo bueno tiene “la caja tonta”, no? Tal vez él me diría -sí, un botón para apagarla-.
Son tantas las cosas que se podrían escribir sobre este genio del humor, que prefiero resumirlas de la siguiente manera. Como proclamaba su programa de televisión "Apueste su vida" a que tras ver sus películas y leer sus escritos, es imposible que no le surjan con fuerza impetuosa varias carcajadas. Haga la prueba y verá como no puede decir que no está en desacuerdo conmigo.